█ Archaeos

█ Enero 2009, Exposición Individual "Archaeos", Centro Cultural Fotográfico 1116, Monterrey, Nuevo León, México.



“Quiero el mejor ejemplar. El único ejemplar. El ejemplar más caro. Quiero «Chamber Music» de James Joyce. […] Quiero el ejemplar más antiguo que se haya conservado. Quiero un ejemplar tan raro que hasta ahora nadie había osado soñar con él. Quiero el ejemplar que sueña” 

Richard Prince



Lo que la  piedra de Rosseta fue para Jean François Champollion, o el sarcófago de Tutankhamón para Howard Carter. Mucho antes de nuestra conciencia, mucho antes de nuestro mundo abstracto del lenguaje, existía una piedra, una lanza o alguna clase objeto aprensible. Algo que nos permite trascender de nuestro pasado a lo que somos ahora. Definiendo el trascender haciendo referencia a la noción de Jung como la acción de hacer consciente el inconsciente. Ya en el libro Sobre el Origen de las Especies de Darwin es el objeto una entidad inestable, una entidad no estática que diariamente muta, cambia, se transforma, se duplica, crea isomorfismos, se divide, se reagrupa, se desplaza, vuela, nada, camina, repta, flota, escapa, se oculta. Una entidad que evoluciona indefinidamente sin aparente razón alguna, simplemente la de ser. Algo que solo vive, desea conservarse y prosperar en un universo pulsante. Huevo, larva, pupa, adulto. Como si el objeto mismo logrará escapar a las leyes propias de hombres y dioses. Algo que necesita constantemente ser observado, estudiado, medido, pesado, clasificado, catalogado, atrapado, amarrado y apresado. Incesante y constantemente en un monstruoso catalogo sin fin. De la película de Alice de Jan Svankmajer, en ese descenso oscuro y profano, detrás ese cuarto oscuro, tras esa vieja estantería atiborrada de frascos de formol marrón aparece una edificación llena de puertas, cámaras, bóvedas, vestíbulos, pasillos, corredores, pasadizos, plazas, túneles, bodegas, escaleras, muros, columnas, escaleras, pórticos. Un inmenso catalogo que trata de ensayar sobre la vida y darle a esta un carácter objetivo, transforma lo salvaje en noble para connotar nuestra propia consciencia. Elabora tratados para dejar al objeto sin ocultamientos, un medio pornográfico de los sequiturs. Algo que se trata de recuperar del olvido, ese basto terreno pantanoso del discurso humano. Nada se puede pasar por alto, un pequeño rastro de hoja, una delicada ala de mosca impresa en el fango, un soplo conservado en el ámbar.



Alvoroçado chega, examina, e parece

Que se houve nessa ocupação

Miùdamente, como um homem que quisesse

Dissecar a sua ilusão.


Dissecou-a, a tal ponto, e com tal arte, que ela,

Rota, baça, nojenta, vil,

Sucumbiu; e com isto esvaiu-se-lhe aquela

Visão fantástica e sutil. 


Emocionado llega, examina y parece

Que hubiera hecho a esa ocupación

Menudamente, como un hombre que quisiese

Disecar su propia ilusión.


La diseco, a tal punto, y con tal arte, que ella,

Rota, opaca, repugnante, vil,

Sucumbió, y con se esfumo aquella

Visión fantástica y sutil.

Machado de Assís



Tras los bosquejos de rostro, piel, expresiones, manos, ojos, arrugas elaborados en base a carbón sobre pergamino. Tras cada letra, palabra, termino de los ensayos médicos, biológicos o arqueológicos. Tras el negativo de las radiografías, los sondeos, los escaneos virtuales y las muestras corporales. Tras el color monocromático de la visiones de los supermacroscopios. Tras esa pequeña oveja blanca llamada Dolly. Tras cada palmo de piel disecada, tras el formol, los ojos de vidrio y ese cuerpo de carne trémula, ese cuerpo frío, endeble, débil, frágil, inerte, vil, profano, estático existe un recuerdo, una sombra, una huella, un soplo, un aliento, un dialogo con el pasado, un objeto que ha pasado de la vida a un estado enteramente funcional. Una doble faz, la muerte oculta en la evasión a la muerte. En la Elegía 19, A su amada, al acostarse de John Donne confronta a lector con uno de los conceptos que evoca al hombre moderno: As souls unbodied, bodies unclothed must be, to taste whole joys (si las almas sin los cuerpos llegan a sus plenitudes, solamente los cuerpos sin las ropas pueden lograr las suyas). Para el hombre de la primera modernidad el mundo es un lugar que necesita ser develado. Más allá de los mares existen tierras no descubiertas, más allá de las nubes existen estrellas y mundos que esperan ser alcanzados, más allá de la mirada del hombre moderno surgía un lugar de parajes virginales y criaturas salvajes, un lugar que se ocultaba en una serie de máscaras, la verdad aparece disfrazada en una serie de pliegues. La modernidad se construye a partir de una doble faz, como define Roger Bartra: El noble salvaje es fruto del doble lenguaje […] El verdadero hombre salvaje sólo aparece allí donde la civilización ordena artificialmente a la naturaleza. Es el hombre salvaje el que mide, clasifica y cataloga la naturaleza salvaje de su alrededor. El objeto necesita ser liberado, separado, aislado para alcanzar sus mayores virtudes. Subsecuentemente se crearan templos de la verdad y se proyectaran instituciones. De Naqoyqatsi. La torre de Babel aparece ante nuestros ojos, en su forma colosal e imponente, traspasa nubes, se cierne sobre el cielo. Y en un monumental despliegue de rampas, arcos, columnas la gente se pierde y se encuentra. Es esta la misma edificación moderna; ahora desnuda, vacía, hueca, profanada, abandonada como aquella mosca azul que guardaba en sus alas la visión de un imperio. Las voces han sido suplantadas por ecos y los fantasmas del pasado la reclaman como recuerdo. Es esta la misma edificación que antes se alzaba al cielo y ahora cede ante tempestuosas profundidades románticas de las que surgió. Y un nuevo mundo se ha construido, un mundo que gira al borde del vértigo, que vive fuera de axis. Un mundo que se pliega sobre si mismo indefinidamente, un mundo donde los límites entre lo imaginario y lo real se pierden. Un mundo  donde las personas se desvanecen en sus propias huellas, donde desaparecen entre una serie de signos extraños y alienados, donde los objetos adquieren nuestras cualidades. Un mundo donde la metáfora de la torre de Babilonia concluye ante nuestra mirada. En la Elegía 9, La Otoñal, Donne logra hacer en reclamación prematura a la modernidad: Mas no nombréis los rostros del invierno, cuyas pieles son laxas,/ vacíos, como una bolsa exhausta, meros sacos de alma;/ cuyos ojos procuran la luz dentro, porque allí todo es sombra;/ cuyas bocas son pozos, abiertos por el uso, más bien que hechos;/ cuyos dientes ya se diseminaron por diversos parajes/ para contrariedad de sus almas en la Resurrección.



Sobre la planicie surgen unas figuras, apareciendo casi de forma onírica. Un grupo de seres ungulados, gráciles ancas y pintas en sus pieles, surgen trotando de entre los matorrales y huyendo hacia el horizonte en un frenético galope ante  cada zancada. Un instánte evocando un mundo eterno en movimiento. De acuerdo con el diccionario Oxford, la palabra “instantánea” se uso por primera vez en 1808 por un deportista inglés llamado Sir Andrew Hawker. Escribió que a todos los pájaros les disparó ese día de manera instantánea que significa un disparo rápido, un reflejo en el acto. La palabra “instantánea” fue inicialmente un término de caza. De ahí que muchos de mis objetos son espacios donde se despliegan espacios que generan instantes de caza hacia el objeto del deseo.












































































































































































"Amor sentado en esta banca
estoy llorando me seco las
lagrimas con la camisa
no me duele donde me mandan
voy a trabajar junto contigo.
Yo me acuerdo mi chaparra que
cuando me veias te ponias
nerviosa me daba alegria."

"Pensar que yo era tu amor
de tu vida y lo segirex
siendo.
Pase lo que pase tu tambien
eres mi amorsote de mi vida
te quiero mi chaparra.
Gracias."






































































































"...as
muacho y quida
esta foto.

15 yes.."





































"25-Agosto-04"
















Diario Milenio, Sección Cultura, Viernes 9 de Enero del 2009. La Arqueología del Negativo en el 1116 La exposición de más de 100 fotografías fue inaugurada anoche. Quizás falten pocos años para que sea considerado como un resto fósil, pero no cabe duda que el negativo fotográfico cada vez se vuelve un elemento en extinción; la exposición Archaeos, de Samuel Ayala Lozano, recoge una serie de fotografías desechadas por sus dueños, la mayoría recuperada a través de negativos. La exposición se exhibe en el Centro Cultural Fotográfico 1116 (Juan Ignacio Ramón 1116 oriente, Barrio Antiguo); la integran más de 100 imágenes en formato cuatro por seis, y la particularidad de estas gráficas es que son producto del desecho, fotografías o rollos sin revelar que fueron tirados a la basura por sus dueños. “Es un conjunto de fotografías que he ido encontrando y que he mandado revelar; es básicamente lo que se hizo fue como una ‘arqueología’ del tiempo actual y que se refleja en las imágenes”, mencionó el egresado de la Facultad de Artes Visuales de la UANL. Cada una de las imágenes es entrar a un mundo íntimo donde difícilmente puede ingresar un fotógrafo: humildes tejabanes, la abuelita brindando con una cerveza en mano o el paseo en el campus de una universidad que no parece de Nuevo León. En el formato de imágenes también hay diferencias, pues hay las clásicas fotos de tamaño credencial, las fotos sociales del quince años o la boda, el retrato de la bebé haciendo alguna gracia o el hermoso paisaje encontrado en las vacaciones familiares. Todas estas imágenes son completamente anónimas. “Existe un valor social, un valor cotidiano de lo que nos está pasando en nuestro tiempo o cosas que hacemos comúnmente pero que se van perdiendo; de alguna manera la gente estuvo ligada a estos objetos pero fueron desechándolos, y pues yo trato de recuperar eso”, mencionó el artista. La iniciativa de recoger imágenes o negativos comenzó hace algunos años. La primera imagen se la encontró hecha pedazos cuando esperaba el camión en el centro. Otra anécdota curiosa es cuando encontró un rollo sin revelar dentro de las porterías de un futbolito. “Muchas fotos también son de las máquinas de fotografías instantáneas que había en el metro, pero como se tardaban en salir mucha gente las dejaba ahí. Algunas son imágenes muy íntimas, muy personales donde quizás sería difícil entrar para hacer un trabajo fotográfico”, mencionó el artista. Archaeos, se estará exhibiendo hasta el próximo 20 de enero. Monterrey • Gustavo Mendoza Lemus http://impreso.milenio.com/node/8517818 • "La Arqueología del Negativo en el 1116"; Diario Milenio, Sección Cultura; Viernes 9 de Enero del 2009



ARCHAEOS Los asistentes observaron detenidamente la propuesta de Samuel en la que establece, con sus imágenes, puentes entre lo abandonado y lo recuperado, lo olvidado y lo re-leído. El montaje de la muestra permitió que el público interaccionara de diferentes formas con la obra. La promotora cultural Rocío Cárdenas apoyando nuestros eventos culturales. La obra de Samuel resultó muy interesante por la variedad de historias y la cantidad de testimonios que comparte. http://ccf1116.blogspot.com/2009/01/archaeos.html

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